La enseñanza ignorada de los Bereanos

En el mundo evangélico es muy común escuchar o leer acerca del "espíritu de los Bereanos" o "el ejemplo de los Bereanos" como una exhortación a escudriñar las Escrituras para ver si cierta enseñanza recibida tiene fundamento Bíblico o no.
Este término, "Bereano" proviene del Nuevo Testamento específicamente del libro de los Hechos capítulo 17 versículos 10 y 11 donde leemos: "Enseguida los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas a Berea, los cuales, al llegar, fueron a la sinagoga de los judíos. Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así".

Los judíos de Berea amaban la Palabra de Dios, y al llegar Pablo y Silas a aquel lugar con el evangelio del Señor Jesús ellos recibieron la Palabra y escudriñaban la Escritura CADA DIA para ver si el mensaje llevado por los apóstoles estaba de acuerdo con la enseñanza del Antiguo Testamento. Nosotros como creyentes estamos llamados a imitar a estos Judíos y a ser escudriñadores de las Escrituras ya que estas son la regla autoritativa de fe y práctica para todo creyente. No debemos aceptar reglas y tradiciones que no se ajustan a la enseñanza Bíblica; ni debemos tampoco aceptar enseñanzas simplemente porque las oimos de cierto maestro o predicador muy reputable. Nuestra autoridad final no son las tradiciones de nuestra iglesia o denominación, ni lo son las enseñanzas de esta o aquella "celebridad cristiana", sino la Biblia ya que esta es el único documento inspirado por el Espíritu Santo y es a ella que debemos someternos. Esta es la principal enseñanza de los Bereanos y el ejemplo que debemos imitar.

Sin embargo, hay otras cosas que podemos aprender de aquellos Judios de Berea en el primer siglo de la era Cristiana y hay una lección en particular a la cual quiero llamar la atención hoy y la cual he titulado "la enseñanza olvidada (o pasada por alto) de los Bereanos". ¿Cuál es esta enseñanza? Para poder aprender esta lección debemos remontarnos al contexto en el cual se encuentra situado el pasaje en cuestión. Nuestro pasaje en Hechos 17 no nos dice simplemente que los Judíos de Berea era nobles porque escudriñaban las Escrituras, no, los que el pasaje nos dice es que ellos eran "MAS nobles que los que estaban en Tesalónica". De manera que para poder saber lo que eso significa, y para entender por qué ellos son llamados "MAS NOBLES" que sus correligionarios Tesalonicenses debemos entender el contexto histórico que dio lugar a esta declaración.

¿Por qué razón los Judios de Tesalónica eran menos nobles que los de Berea y qué tiene esto que ver con la enseñanza pasada por alto de los Bereanos? Veamos.

El Apóstol Pablo, antes de su conversión, gozaba de buena fama y gran reputación entre sus hermanos Judíos. En Hechos 26:4 él dijo: "...todos los judíos conocen mi vida desde mi juventud, que desde el principio transcurrió entre los de mi pueblo y en Jerusalén". De modod que cuando Pablo entraba en las sinagogas en Grecia y Asia Menor, no era un desconocido que entraba allí, ellos sabían bien quien era él; ellos conocían su pasado y en muchos casos se dignaban a escucharlo por respeto a quien él habia sido en el pasado y quizás por curiosidad acerca de su conversión. En algunos casos muchos de estos Judíos se convertían al Cristianismo al escuchar el testimonio y la predicación del Apóstol, tal como leemos en Hechos 13 y 14 donde se nos dice que tanto en Antioquía como en Iconio un gran número de Israelitas obedecierón a la fé y siguieron a Pablo.

Sin embargo, cuando el apóstol Pablo entró en Tesalónica, la situación fue muy distinta, de estos Judíos se nos dice que solo "algunos" creyeron (Hch 17:4); los otros fueron a la plaza pública y contrataron hombres malvados para alborotar la ciudad, la palabra usada en el Griego nos indica que estos hombres eran ociosos y depravados; otros sinónimos de esta palabra son "delincuentes" y "viciosos". Estos Judíos, que por un lado se jactaban de no juntarse con gentiles, no tuvieron ningún problema en ir a contratar a hombres gentiles de la más baja calaña para alborotar la ciudad y asaltaron la casa donde pablo se hospedaba, y tomando a Jasón, el dueño de la casa, lo llevaron ante las autoridades y levantaron toda clase de calumnias contra él y el resto de los Cristianos. Por esta causa Pablo, en medio de la noche, huyó a Berea que se encontraba como a algunos 70 kilómetros de allí

No contentos con todo el alboroto que habían causado en Tesalónica, cuando ellos se enteraron que Pablo estaba en Berea, fueron allí a causar alboroto también en aquella ciudad. Como podemos ver, la mayoría de estos Judíos de Tesalónica eran perversos y alborotadores, hombres hipócritas e impíos, sin temor de Dios y a quienes no les importó quebrantar sus propias costumbres, buscando a gentiles de la más baja reputación para que cumplieran sus viles deseos. Estos hombres no mostraron ningún tipo de respeto hacia Pablo por causa de su antiguo pedigrí en el Judaismo, no les interesó escuchar el testimonio del apóstol, ni debatir por medio de las Escrituras.

Es en este contexto que se nos dice que los Judíos de Berea eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, ellos mostraron respeto hacia el Apóstol, se sentaron y escucharon lo que tenía que decir, y luego tomaron las Escrituras y escudriñaron diligentemente para ver si las cosas que el antiguo fariseo y ex-discípulo de Gamaliel proclamaba eran ciertas. No es de extrañar, entonces que se nos diga que "por esta causa creyó un gran número de ellos". Cuando la Biblia nos dice que los Bereanos eran más nobles, no es tanto porque escudriñaban las Escrituras, sino porque no actuaron con vileza y cerrazón de oidos como lo hicieron los de Tesalónica.

Ahora bien, ¿Cuál fue la causa de esta marcada diferencia entre los Bereanos y los Tesalonicenses? ¿Por qué en un caso la mayoría actuó con bajeza, y envidia y cerraron sus corazones en terquedad y obstinamiento, mientras que los otros tuvieron una actitud receptiva y abierta? ¿a qué podemos atribuirle tal diferencia? Ambos grupos estaban compuestos por Judíos provenientes de diferentes lugares que se habían criado leyendo las mismas Escrituras y se habían expuesto a las mismas enseñanzas de Moisés y los profetas. ¿Por qué, entonces, una diferencia tan radical entre ellos? ¿Tendría algo que ver con el lugar en que vivían, habría algo en Tesalónica intrínsecamente diferente a Berea, que los movía a actuar como lo hicieron?

La respuesta a estas interrogantes es muy simple y se resume en una palabra: LIDERAZGO. En la película "Recuerda a los Titanes" (Remember the Titans), Bertier, capitán del equipo de Futbol americano Los Titanes, le recrimina a Julio, uno de sus mejores jugadores, por la forma en que sus hombres se conducían en el entrenamiento. Julio le respondió: "A mi no me interesa el equipo, sino jugar para mí mismo". Bertier, indignado, le dice: "¿Ves? esa es la peor actitud que he visto". La respuesta de Julio fue contundente: "La actitud es un reflejo del liderazgo, CAPITAN".

Creo que esta es una gran verdad y tenemos una gran lección ante nosotros de esta realidad en nuestro pasaje en Hechos. Es evidente que eran los líderes de la Sinagoga en Tesalónica los que eran hombres bajos, rencillosos, envidiosos y viles; amadores de las tradiciones humanas más que de Dios, y es más evidente aún que eran los líderes de la Sinagoga en Berea los que eran de actitud noble y escudriñadores de las Escrituras; buscadores de la verdad aún a costa de sus propias tradiciones con las que habían crecido toda la vida. ¿Quién más tendría acceso a las Escrituras para escudriñarlas todos los días sino los líderes de la Sinagoga? Recordemos que en aquellos tiempos los libros eran copiados a mano y eran caros y no todos tenían el privilegio de tener una copia de las Escrituras en sus casas.
 
Ambas actitudes en el liderazgo habían contagiado a sus respectivas congregaciones.

Es por esta razón que Pablo, al escribirle a Timoteo para darle las cualificaciones para el ministerio pastoral le dice:

"Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso... (1Tim 3:2-3).

Y a Tito le escribe diciéndole:

"Porque el obispo debe ser irreprensible como administrador de Dios, no obstinado, no iracundo, no dado a la bebida, no pendenciero, no amante de ganancias deshonestas, sino hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo, dueño de sí mismo, (Tit 1:7-8)

Oremos para que el Señor nos de líderes así en nuestras iglesias, y si los tenemos, demos gracias a Dios y oremos para que se mantengan de este modo. Esta es la enseñanza ignorada de los Bereanos.